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Acerca de qué hicieron y cómo hicieron en el CONANI para reunificar familias, hallar hogares sustitutos y reintegrar esperanzas, valores y futuros a esa población de niños, niñas y adolescentes, trata el siguiente artículo que también subraya cómo, actualmente, de aquellos 406 menores sólo quedan 9 en las instituciones de acogida.

Inmediatamente después de aquel 10 de enero de 2010 decenas de personas provenientes de Haití buscaron cobijo, sanación, acogida, en República Dominicana. Situaciones límites se produjeron con 407 niños, niñas y adolescentes que se vieron desgajados de sus familias. Una parte de ellos las perdieron para siempre. Además de las necesidades materiales, ese grupo tan sensible se vio impactado por estados emocionales difíciles de narrar, una institución especializada, el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), fue apoderado por el gobierno dominicano para encontrar soluciones, ofrecer abrigo, dispensar afectos. Con las personas implicadas de uno y otro lado hay todavía muchos espacios por explorar e investigar, muchas anécdotas que compendiar, muchas experiencias que preservar.

República Dominicana, como país, tiene la necesidad de trabajar en el diseño de  políticas de protección para todos los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad: trata y tráfico, explotación sexual comercial, trabajo infantil y abuso, entre otras. Para esto en CONANI se trabaja en el diseño de protocolos de actuación que definan las acciones, roles y responsabilidades de las diferentes instituciones que integran el sistema y que deben intervenir en la búsqueda de soluciones.


Una de las problemáticas más fuertes que enfrenta el Sistema de Protección está vinculada con la migración de niños, niñas y adolescentes (NNA) haitianos, en particular los que arribaron después del terremoto de enero del 2010. En ese sentido hemos impulsado acciones para construir políticas públicas que dieran entonces, y sigan dando, respuestas a esta situación. En el desarrollo de tales políticas se han realizado muchas actividades, una de las cuales, y muy importante, es el fortalecimiento de la coordinación con la institución homóloga al CONANI en el vecino país de Haití. Con ellos hemos intercambiado información para la reunificación de los NNA que permanecen en República Dominicana y cuyos familiares han sido identificados. El logro mayor se ha concretado en el regreso a sus hogares de los y las menores que tienen familias de las cuales se habían desgajado cuando el desastre.

Apoyo a las juntas locales de protección de derechos

El CONANI, como ente rector, debe direccionar los esfuerzos de las instituciones que conforman el Sistema de Protección; de ahí que con apoyo técnico y financiero de UNICEF se está desarrollando un proyecto de fortalecimiento institucional, mediante el cual se está dotando de las herramientas técnicas y metodológicas a las Juntas Locales de protección y restitución de derechos.

Como complemento, se han realizado talleres binacionales en la frontera para identificar problemas concernientes a ambas naciones y se han formado comisiones mixtas binacionales para trabajar en la búsqueda de soluciones.

También con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se han fortalecido los vínculos de trabajo y ofrecidas capacitaciones al personal de las instituciones vinculadas con el tema de trata y tráfico. Aporte que dará sus frutos es el desarrollo de un modelo de prevención y atención de estos casos. Adicionalmente, en dos talleres de formación de Oficiales de Protección de la Infancia, se  ha congregado a personal de CONANI, de la Dirección General de Migración y del CESFRONT, el cuerpo especializado que trabaja en la frontera.

La implementación del Protocolo de Protección para Niños Niñas y Adolescentes Haitianos que llegaron a Republica Dominicana como consecuencia del terremoto, es una  experiencia de buena práctica, de solidaridad y de amor a favor de las víctimas del terremoto. Este protocolo de protección estuvo fundamentado en el marco Normativo Internacional y Nacional del interés superior del niño, niña y adolescente, basado en principios de igualdad y no discriminación, principios de prioridad absoluta, derecho a la vida, derecho al nombre y a la nacionalidad,derecho a la integridad personal, derecho a mantener relaciones personales y contacto directo con el padre y la madre, derecho a la salud y a los servicios de salud.

Familias sustitutas

Otra política pública de protección que se ha puesto en marcha es el Programa de Familias Sustitutas o de acogida, para poner en funcionamiento uno más de los mecanismos de protección y restitución de derechos establecidos en la Ley 136-03: Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes.

Este programa es el encargado de captar, evaluar, capacitar y certificar a familias idóneas para acoger a aquellos niños, niñas y adolescentes, que se encuentran en situación de vulnerabilidad en relación a sus familias de origen o que carecen de hogar, y a los que aun teniéndolas sufren de abuso físico, sexual, emocional, descuido, trato negligente o abandono. Las Juntas Locales de protección y el Programa de Familias Sustitutas, se han puesto en marcha mediante un proyecto piloto con apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR y UNICEF. Hay nueve juntas locales y tres municipios donde se aplica el modelo de Familias Sustitutas.

 Principios rectores para situaciones de emergencia:

  • Preservación de la unidad familiar: se aplica para los casos en que el niño, niña o adolescente quedó separado de su padre, madre, o familia y existía una imposibilidad legal de unidad familiar.
  • Identificación y registro de niños, niñas y adolescentes con un expediente para solución, de acuerdo al interés superior del niño.
  • Creación de un comité de expertos: esta es otra política de protección específica mediante la cual se trabaja cada caso de forma particular, de manera que si el NNA es retornado a su familia, lo haga en condiciones óptimas y si tiene que permanecer por un período de tiempo mayor en el centro de acogida tenga sus derechos garantizados.
  • Buscar la reintegración familiar es la meta: que todos los niños, niñas y adolescentes separados, sean reunificados a sus familias, específicamente los no acompañados y los más pequeños. Es importante constatar que la familia acepta a su hijo o hija. Se ha trabajado en coordinación con las instancias de Haití responsables del seguimiento al proceso y a la supervisión.
  • Cuidados temporales y/o alternativos: se adopta cuando el niño, niña o adolescente no tiene su familia o es abandonado. Las alternativas son: familias sustitutas, o instituciones como familias cuidadoras. O vivir solo pero con supervisión de adultos, que tengan el mejor interés por los niños, niñas y adolescentes; que les garanticen salud, educación, nutrición, atención psicosocial y rehabilitación.
Cinco hogares apoyados por UNICEF

La coordinación de las acciones referidas fue impulsada desde un espacio denominado Comité Técnico Asesor Ampliado, el cual está integrado por instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, organismos de cooperación y apoyo y la Embajada de Haití. 

Así, un total de 407 niños, niñas y adolescentes de nacionalidad haitiana recibieron protección, cuidado y atención. El Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), coordinó con las instituciones públicas, privadas y organismos de cooperación y apoyo. Para dar inicio a este proceso El Fondo de las Naciones Unidas Para la Infancia UNICEF, aporto RD$8,320,261.00 pesos. A través de otras agencias este apoyo ha continuado, no solamente para estos NNA, sino para desarrollar otras acciones del CONANI, incluidas la dotación de alimentos y medicamentos a los centros donde estos NNA están acogidos.

Los centros de acogida donde actualmente permanecen 9 niños, niñas y adolescentes son: - Centro de Acogida Hogar Vida y Esperanza, Centro de Acogida Programa Aldeas Infantiles SOS, Centro de Acogida Hogar Vida para Ninos Dominicanos en Jarabacoa; Centro de Acogida Hogar Pesebre de Belén en Guerra. 

Las acciones a futuro son de fortalecimiento del Sistema de Protección, continuando el desarrollo de sus estructuras a nivel municipal, como también identificando y definiendo el conjunto de políticas públicas que den soporte al rol y misión de CONANI.

*La doctora Norma Castro es directora de Normas y Regulaciones de CONANI