21 de noviembre
Como docente de Derecho, ¿me corresponde enseñar a escribir textos jurídicos a mis estudiantes?

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La profesora Juana Jorge, se desempeña como docente em la Escuela de Derecho. El título de su ensayo es "Como docente de Derecho, ¿me corresponde enseñar a escribir textos jurídicos a mis estudiantes?" El mismo se redactó a partir del curso taller realizado a los docentes de la escuela, con la temática: Estrategias para la enseñanza de la producción escrita. Este ensayo se escribió siguiendo las fases del proceso de escritura, por lo que la profesora presentó varios borradores los cuales fueron revisados por sus compañeros y la facilitadora del curso taller.


Como docente de Derecho, ¿me corresponde enseñar a escribir textos jurídicos a mis estudiantes?

Autora: Juana Jorge


La responsabilidad de enseñar a escribir textos académicos, corresponde en sentido general a la academia en todas las disciplinas. Tradicionalmente, se ha creído que enseñar a leer y a escribir en la universidad corresponde únicamente a los profesores del área de español; sin embargo, las investigaciones han demostrado que la lengua escrita presenta características muy particulares, dependiendo de cada disciplina. Por lo que, nos corresponde a los docentes de Derecho, enseñar a escribir los diferentes géneros que se producen en nuestra carrera.     

Daniel Cassany (2011) entiende que "escribir significa mucho más que conocer el abecedario, saber juntar letras o firmar el documento de identidad". Esto quiere decir, ser capaz de expresar la información de forma coherente y correcta para que la entiendan otras personas. Significa entonces que, si revisamos los textos escritos por los estudiantes, puede evidenciarse que muchos de ellos no planifican sus ideas antes de escribir, es decir; pensar en el lector al elegir el tema, organizar las ideas para saber cómo expresarlas y, de igual modo, tener claridad sobre el aporte de sus escritos a la comunidad académica.

Por falta de conocimientos sobre el proceso de pre-escribir, escribir y re-escribir, se dificulta la comprensión de su texto; es decir, no logran comunicar claramente ni persuadir al lector. Por consiguiente, debemos motivarlos con buenas herramientas para completar las fases siguientes: 1. Planificar la producción textual, donde especifiquen lo que desean escribir, qué saben del tema, para qué y para quién escriben. 2. Producir el texto, plasmando las ideas en borradores, los cuales releerán y modificarán, hasta lograr que el texto se acerque al género que se escribe. 3. Revisar el escrito y Editar el texto hasta que llene sus expectativas. Posteriormente, se les invita a las fases 4 y 5, relativas a la presentación oral en el aula y reflexión y análisis de resultados, donde se revisa y coteja el texto a través de los criterios de evaluación.  (Modelo Didactext 2003).

Enseñar a nuestros estudiantes de derecho el proceso de escritura y alcanzar los propósitos deseados, requiere presentar en el aula de forma escrita una buena consigna y una lista de cotejo para su evaluación, de tal manera que los oriente y les dé confianza para producir el texto. Es importante, analizar cada documento entregado, motivándolos a dar sus pareceres, de forma individual o grupal, oral o por escrito, en cuanto a lo que han entendido respecto de lo que se les está requiriendo sobre los modos posibles de resolver la tarea, las dificultades que pueden presentarse y las alternativas para su resolución. Estos criterios los pueden externar y contrastar con los que les hemos propuesto.

Asimismo, en la academia y en las diferentes disciplinas debemos establecer de forma inequívoca el método de evaluación de los textos, formato, tiempo para entrega, dividido en   etapas para revisión   periódica. Esto implica asignar los temas al inicio del semestre, sugiriéndoles elaboración de planes, bosquejos o borradores previos a la versión definitiva, que comentaremos por escrito. Para esto, es recomendable facilitarles un modelo del texto que escribirán; pero antes, el docente debe escribir un texto similar, para así saber si el tiempo que requiere y el nivel de dificultad está en proporción con sus habilidades.

A modo de cierre, podemos decir que los docentes tenemos una gran tarea por delante y es la de enseñar a los estudiantes a escribir textos académicos, incluyendo a los de la carrera de Derecho. Pero es de reconocer, que se trata de una ardua labor, el motivar a los estudiantes a leer, releer, escribir, modificar, borrar, volver y volver sobre lo escrito…en fin; lograr que apliquen las técnicas y estrategias sobre el proceso de escritura, tomando en cuenta la consigna; que mejoren la gramática y el léxico, alcanzando la coherencia necesaria para que el lector mantenga el interés en la lectura y saque provecho de la misma. Todo esto dependerá de cuánto reflexionemos con los estudiantes acerca de su proceso como escritores, entendiendo que los buenos escritores se hacen. Estos no se conforman con escribir sin vivir el proceso y sus fases, conscientes de que es el único medio de desarrollar aptitudes, habilidades y actitudes. Sin embargo, a pesar de lo laborioso que resulte, nos corresponde presentar buenas consignas y una lista de cotejo que permita efectuar una buena evaluación, dándoles el suficiente tiempo para desarrollar todas las fases de la escritura, Solo así cumpliremos con el deber que nos corresponde como docentes: enseñar a nuestros estudiantes a escribir textos académicos o jurídicos, como una manera de formarlos para que transformen nuestra sociedad, convirtiéndose estos en mejores personas, profesionales y, por ende, sobresalientes ciudadanos.

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