17 de julio
Arquitectura efímera y un homenaje al libro de papel

Instalación.jpgSantiago, R.D. – Leer en físico, una actividad cada vez menos frecuente que sirvió de inspiración a un grupo de jóvenes estudiantes de Diseño e Interiorismo a realizar una exposición de instalaciones hechas con libros, para su clase de "Arquitectura Efímera", la cual tiene por requisito la organización de un evento. 

Lourdes Portela, profesora de la materia que dio origen a la exposición, dice que las jóvenes de su grupo de clases fueron quienes planearon todos los detalles del evento, desde el concepto del mismo hasta cómo se iba a desarrollar. 

Además, definió el evento como una experiencia de aprendizaje, “he descubierto que, en esta época de la computadora, todavía mucha gente se interesa por los libros, por el olor a libro, por tenerlo en su mesita de noche, porque los acompañe”. Indicó, además, que la logística de la actividad consiste en “que todo aquel que donó pueda coger cualquier otro libro y llevárselo para su casa y releerlo”. 

Equipo Organizador.jpg“Una anécdota muy bonita que tenemos es que a medida que íbamos revisando los libros para sellarlos, íbamos leyendo las dedicatorias personales que escribieron quienes los obsequiaban y ver cómo ese amor se transmitía de persona a persona a través de los libros, es también uno de los conceptos que queríamos transmitir en nuestro diseño y en nuestra actividad”, apuntó Francina Ventura, futura licenciada en Diseño e Interiorismo y parte del equipo organizador del evento. 

El fin es que los libros pasen de lector en lector y que el evento se realice anualmente, “cada libro tiene un sello que marca el día de hoy con la intención de que, en dos o tres años se vuelva a hacer el evento y esos libros regresen y tengan ya dos o tres sellos, con la idea de que se recicle, de que se vuelvan a leer”, explica Portela, pues como describe “la vida de los libros es cíclica”. 

Toman Libros.jpgCasa de arte fue el escenario escogido por las estudiantes para este evento al que asistieron personas de todas las edades atraídos por la tinta y el papel, por las historias y por la posibilidad de irse a casa con un nuevo libro qué disfrutar. 

Finalizado el evento, los asistentes procedieron a tomar los libros y así, las instalaciones fueron desapareciendo a medida en que cada uno encontraba un título (o varios) de su interés. Los libros restantes fueron donados al Hospicio San Vicente de Paul y al Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), que realiza actualmente una colecta de tomos para un evento similar. 

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